Un enemigo silencioso
Los tendones no se lesionan de un
día para otro, sino que son la consecuencia de lo que se denomina “microtrauma
repetitivo”. Esto significa que la mantención de una exigencia sobre un tendón,
que supera su capacidad de adaptación y reparación, va produciendo cambios
estructurales en él.
A la hora de hablar con los
especialistas, la aclaración es inmediata. No se debe confundir una Tendinitis
(proceso inflamatorio) con una tendinosis (proceso degenerativo). Ambas son
etapas de la enfermedad cuando un tendón ha sido sometido a sobreuso y puede
llegar hasta la ruptura. La palabra tendinitis debiera ser reemplazado por
Tendinopatía.
Y es que no debe haber un
deportista profesional o amateur o un trabajador común y corriente que no haya
oído alguna vez estos términos, ya sea por parte de un médico o kinesiólogo, o
un amigo que pudo haber sufrido problemas en algún tendón.
La Tendinosis Aquiliana
corresponde a un subgrupo de lesiones dentro de la Tendinopatía Aquiliana.
Estas pueden ser de cuerpos tendinosos y que corresponden entre 55 y 65% de
todas las tendinopatías aquilianas. Pero también están las de inserción,
descritas entre un 20 y 25%”; precisa el facultativo, quien agrega que la
Tendinosis se analiza y estudia de forma aislada o asociada a otra patología
aquiliana.
¿Qué son los tendones?
Los tendones son parte del
llamado tejido conectivo del organismo, que, junto a los tejidos óseo y
muscular, forman parte de la estructura básica y fundamental de nuestro sistema
locomotor. Hay que tener en claro que cada articulación tiene características y
funciones biomecánicas diferentes, donde los tendones deben soportar diferentes
tipos de estrés y la resistencia y capacidad de adaptación a la carga es
distinta según la zona del cuerpo y el deporte que se practique.
Correr y saltar, dos causas
recurrentes de tendinopatía.
La mayoría de las consultas a los
especialistas son por dolor en la zona del tendón de Aquiles, lo que suele
denominarse como “una tendinitis aquiliana”. Sin embargo, detrás de este
término, pueden existir situaciones más complicadas.
“En general las patologías del
tendón de aquiles son lesiones por sobreuso que afectan principalmente a
personas que realizan actividades como correr y saltar, llegando a tener una
incidencia de hasta 10% en los corredores de alta competencia”, sostiene el
médico traumatólogo y especialista en pie de Clínica MEDS, Dr. Julio Botello.
¿Por qué se llega a desarrollar
una tendinopatía?
Los tendones no se lesionan de un
día para otro, sino que es la consecuencia de lo que se denomina “microtrauma
repetitivo”. Esto significa que la mantención de una exigencia sobre un tendón,
que supera su capacidad de adaptación y reparación, va produciendo cambios
estructurales en él, muchas veces irreversibles. Estas lesiones se encasillan
dentro de una denominación clásica dentro de la traumatología deportiva, que
son las llamadas “lesiones por sobreuso”.
• Edad: que va en directa
relación a dos factores:
a) A mayor edad del deportista,
se estima que sus tendones han estado expuestos a carga por una mayor cantidad
de años.
b) A medida que avanza el tiempo,
nuestra capacidad y calidad de reparación de los tejidos disminuye.
• Falta de flexibilidad: los
tendones son rígidos, pero los músculos que los originan y a los que están
conectados, debieran ser muy elásticos. Si no es así, mayor exigencia se le
transmite a los tendones.
Historia y exámen físico.
La historia puede ayudar a la
identificación de los factores de riesgo involucrados. “En atletas es crucial
saber la frecuencia e intensidad del entrenamiento, por ejemplo. Uno de los
errores comunes del entrenamiento asociados a tendinopatías es el brusco cambio
dentro de una actividad determinada y el sobreentrenamiento. El dolor se encuentra
ubicado entre los 2 a 6cm sobre la inserción del tendón y éste inicialmente se
hace presente al inicio y al final de la actividad física”, precisa el Dr.
Julio Botello.
A la hora de la evaluación, se
examina al paciente de pie, sentado y caminando, intentando buscar mal
alineamientos, deformidades, asimetrías, aumento de volumen, crepitación que
indique algún compromiso agudo y nódulos muchas veces presentes en
tendinopatías crónicas.
Uso de imágenes.
En el primer apronte es
recomendable usar ecografías y radiografías que son de fácil y rápido acceso,
sostiene el facultativo. “La radiografía puede mostrar el compromiso de la
inserción, presencia de calcificaciones en el tendón y de paso poder descartar
otras patologías osteoarticulares. La ecografía, por su parte, nos muestra
tanto el estado de la inserción como del cuerpo tendinoso. Nos ayuda a
distinguir patología aguda, crónica o crónica reagudizada”, agrega Botello..
¿Cuál es el tratamiento?
El mejor tratamiento es la
prevención y quizás la única y gran recomendación es la consulta médica
oportuna. El tendón es un tejido cuyo metabolismo es lento, por lo tanto, su
capacidad biológica de reparación también lo es.
“El tratamiento conservador (sin
necesidad de llegar a la cirugía) es efectivo en el mayor número de casos en
que la enfermedad de detecta en etapas tempranas, potencialmente reversible.
Este tratamiento se basa principalmente en dos pilares:
• Modificación temporal de la
actividad deportiva, evitando las acciones que provocan dolor (por ejemplo,
cambiar el trote por bicicleta). Evitar actividades de impacto.
• Rehabilitación: ayuda a
disminuir el dolor, elongar las estructuras de baja flexibilidad e identificar
y corregir desbalances musculares.
Se estima hasta en un 80 % de
buenos resultados con tratamientos no quirúrgicos”, indica el médico
traumatólogo.
La rehabilitación es uno de los
pilares del tratamiento. El trabajo de carga excéntrico es el único que ha
demostrado científicamente ser eficaz en la disminución del dolor crónico con
80 a 90% de buenos resultados, según estudios.
“El tratamiento quirúrgico está
indicado en los casos de falla de las medidas no quirúrgicas. Sin embargo, no
está claro cuánto tiempo esperar, se habla de 3 a 6 meses como un tiempo
prudente”, aclara el Dr. Botello.
TIPS
Factores de riesgo
Como otras lesiones por sobreuso
tiene un origen multifactorial donde están relacionados factores intrínsicos y
extrínsicos.
Intrínsecos
Físicos:
* Edad - sexo
* Fuerza
* Alineamiento extremidades
* Madurez esquelética
* Estado físico, entre otros
Psicológicos:
* Responsabilidad
* Disciplina
* Fortaleza mental
Extrínsecos:
* Metodología entrenamiento
* Superficie de juego
* Calzado
* Equipamiento
* Tipo de deporte
* Condiciones ambientales
* Nivel de competencias
* Otros
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